Derrame de petróleo y sus sus repercusiones

El pasado 15 de enero del 2022, alrededor de 11,9000 barriles de petróleo fueron vertidos al mar de Ventanilla (Callao) por la refinería La Pampilla. Cerca de 18 Km2 de playas fueron afectadas en los distritos de Santa Rosa y Ancón, expandiéndose hasta 115 Km. Según OEFA, el área afectada sería de casi dos millones de metros cuadrados.

Los resultados que aquí presentamos son producto de una investigación realizada por la Asociación sin fines de lucro ConCiencia Marina, ONG Sustainable Ocean Alliance Perú (SOA Perú), 60 Decibels y Social Solutions durante los meses de abril y junio del 2022.

Uno de los mayores sectores económicos afectados han sido los negocios que dependen directa e indirectamente de la actividad pesquera y turismo de las zonas afectadas; por consecuencia la capacidad de cubrir gastos del hogar ha caído considerablemente, mientras el estrés de los involucrados ha aumentado.

88% de los encuestados mencionan que su nivel de ingresos disminuyó mucho.

56% reporta que su habilidad para cubrir gastos “empeoró mucho”

55% indican que el estrés relacionado a sus finanzas “aumentó mucho”

Además del aspecto económico, las repercusiones en la salud física y mental de las comunidades afectadas ha sido perjudicada.

72% de los encuestados están “luchando” por su bienestar.

43% indica que la salud de sus familias empeoró.

57% han tenido que reducir su consumo de alimentación, debido a las dificultades financieras que están atravesando.

Las personas afectadas que durante el hecho contaban con deudas financieras en proceso han sufrido un gran impacto y consideran a sus deudas como una carga.

44% de los encuestados había tomado un préstamo antes del derrame.

68% de estas personas consideran el repago de préstamos como una “carga pesada”

Las autoridades peruanas consideran el derrame de petróleo como una de las peores catástrofes ambientales que haya sufrido el Perú, afectando no solo a las comunidades pesqueras de las zonas, sino también a las actividades turísticas de los balnearios, todo lo relacionado con comercio, como es el caso de restaurantes, están cerrados.

Muchos trabajos se han perdido y la mayoría de los afectados no está confiado en recuperar sus negocios o trabajos.

59% de los encuestados no está confiado en que su negocio o trabajo se recuperará.

10% considera que la recuperación demore más de cinco años.

 A pesar de la gran cobertura nacional e internacional de los hechos ocurridos y de los responsables, hasta la fecha existe una necesidad latente de ayuda a los afectados y la falta de apoyo de la empresa REPSOL es notoria en las zonas.

38% de los encuestados no ha recibido indemnización o apoyo de REPSOL.

10% No ha recibido ayuda, en particular los pescadores artesanales.

La sensación de abandono y de incertidumbre permanece dentro de las localidad hasta la fecha de la publicación de este artículo, esto debido a que su principal fuente de ingreso estaba directamente relacionado con los servicios ecosistémicos que brinda el océano. Durante la investigación realizada se pudieron recoger algunos testimonios de los afectados.

“Necesitamos que se limpie la playa para poder volver a trabajar. No podemos pagar la luz, el agua, ni la deuda con vales de comida. Con la limpieza podemos trabajar y pagar nuestras necesidades”

“Esto es peor que el COVID-19. Pensamos que podíamos invertir para el verano, pero vino esta desgracia y muchos compañeros que se dedicaban a vender en las playas ahora están endeudados. Apenas tiene para comer.”

“Los pescadores estamos muy preocupados porque no podemos trabajar y no sabemos cuánto durará esta situación. REPSOL dice que el mar estará limpio pronto, pero vemos que no es así.”

“Estaríamos encantados de recibir cualquier ayuda: monetaria, psicológica, o de otro tipo. Tal vez puedan ayudarnos a organizar proyectos sostenibles a largo plazo para nuestros negocios.”